El uno dos con los Beatles

abril 23, 2024 § 2 comentarios

Hace sesenta años Javier Solís superaba a los Beatles. Fue en 1964 cuando una vez más Solís estaba en el top de artistas en México que anualmente la revista Billboard enlistaba según los éxitos durante el año; para los Beatles era la primera vez que aparecían en la lista de México. Ambos artistas, claro, estaban también en el top 100 de artistas internacionales; los Beatles ese año además encabezaban el Top Single Artist (basado en las listas semanales de EEUU). En México, lo dicho, Javier Solís se reportaba primero y los Beatles en segundo.

«Quién es quién en el mundo de la música” era como la revista Billboard titulaba esas ediciones especiales anuales. Javier Solís en esos sus años se daba un quién vive con baladistas, orquestas y rocanrroleros. Era acaso el único, dirían ahora, cantante de regional mexicano o, dirían antes, ranchero de las listas. Los Beatles, se sabe, a partir de 1962 iniciaron su revolución y entre ese año y 1966 giraron por y en el mundo; ese 1964 daba cuenta por primera vez, en listas, de lo que sería el lugar de la obra de aquellos genios musicales. México estaba aún por recibir del todo la música de los ingleses; mientras, era un Solís lo que estaba apuntalando, pues él también a partir de 1962 afianzó su lugar (ese año fue el único solista latinoamericano en estar en el Top 50 de artistas internacionales) y encontró un norte de grabaciones y éxitos que no pararía sino hasta precisamente también un 1966 (hace 58 años).

Decía del 64, ese año en que los mejores artistas según el respetable y su música eran nada menos que Javier Solís y los Beatles. Sesenta años después ambos artistas siguen sonando y su impronta sigue y deja, por donde se la vea, aún frescos aires de calidad musical incluso vigente. Sesenta años después siguen siendo, o como dirían aquellos: “and in the end,…

Sigue cantando Amigo organillero

marzo 20, 2024 § Deja un comentario

«Amigo organillero es producto de la inspirada vena del maestro R. Carrión, quien además efectuó este arreglo para Javier Solís y en ella se escuchan los evocadores acentos del organillo ambulante.» Es así como se presentó la canción en aquel el último disco publicado en vida de Solís, Y todavía te quiero (CBS, 1966), donde además del organillo, Solís tuvo el acompañamiento del mariachi Los mensajeros.

Tras su puesta en circulación, la canción, además de su éxito radial, obtuvo un halo de leyenda. Que si fue no sólo la última canción grabada de Solís, sino también, por la letra, su premonición; que si nunca nadie la quería grabar después, que si se la veía de mal agüero; que si el autor mismo se arrepentía de ella, etcétera. Lo cierto es que fue un hit y se la incluyó, un año después, en un disco homónimo, junto con otros éxitos del cantante, y con él en portada tocando un organillo.

“Amigo organillero” era parte del lado B de aquel Y todavía te quiero. La seguía, por cierto, “Espumas” de Villamil, una canción colombiana que Solís mismo trajo entusiasmado de Colombia y pidió para su grabación. A saber si Solís también le pidiera al maestro Carrión su “Amigo Organillero”, toda vez que fue sólo esa lo que le grabara el cantante al maestro compositor. Carrión fue más bien arreglista de Solís, y fue por él, lo aclara la citada contraportada, que se incluyó el acento del organillo.

Canción fatídica y dramática, el organillo sí que se hace sonar no precisamente para acompañar, sino para, lo dice la letra, arrancar pedazos. El cantante quiere morir, quiere chillar y quiere que siga tocando, llorando, el amigo y su organillo. Al señor de sombras le vino como anillo aquel sonido.

Años después, por fin, un reconocido cantante quiso grabar la mentada plegaria condenatoria, pero sin organillo. Pepe Aguilar prescindió de este y en su lugar se optó por una flauta. El organillo de Solís, que sonaba no sólo en la introducción, sino también a lo largo del canto, sólo se escucha con él y su versión. Porque ni siquiera Humberto Cravioto en su homenaje (Homenaje al grande del bolero ranchero, 2022), pues él cede el lugar a una trompeta introductoria, y ni hablar de aquella producción con banda de Pedro Rivera, donde un engrudo de metales sustituyen al organillo (y dan al traste en general a la voz de Javier).

Decía de la pertinencia de la canción y de la aureola de Javier, es decir, de sus sombras. No era la primera vez que Javier le cantaba al más allá, e.g., “Cuatro cirios” o “Si Dios me quita la vida”, pero sí acaso la primera en que se lograba recrear del todo la puesta en escena del enamorado abandonado y de luto: helo ahí, en la calle, de noche, dolido, chillando, haciendo amigos con un organillero y pidiéndole tocar. Se quiere morir, y qué más que un organillo para la espera.

No serán pocos los que se quejen del chillido, que lo es, del organillo, y supliquen su silencio; contados, contadísimos, son empero los que pueden incluso pedirle que los acompañe, y uno hasta se siente a escucharlos y aplaudirlos: Javier fue uno de ellos. ¡Qué va!~

Cincuenta años de ser el número uno

noviembre 16, 2023 § Deja un comentario

En 1973 Javier Solís seguía siendo el número uno. Así al menos se veía en la Hot Latin LP’s de la revista Billboard de marzo de ese año; Solís encabezaba la lista en Los Angeles, y en Chicago y Miami se incluía dentro de los primeros 20 (donde también estaría, al siguiente mes, en New York).

El disco en cuestión era el Greatest Hits (Caytronics), editado en EEUU y último, por cierto, que sacara la compañía en el mercado americano y que a su vez estuviera disponible después tanto en formato LP como en cartucho de 8 pistas, casete y CD. El disco incluyó 12 temas: “Escándalo”, “Adelante”, “Llorarás, llorarás”, “Esclavo y amo”, “Un compromiso” y “Lágrimas del alma”, en la cara A; “Gema”, “La hiedra”, “Sabor a mí”, “Limosnero de amor”, “Escríbeme” y “Regálame esta noche”, en la cara B. Una selección granada, precisa y, ya se ve, bienvenida por los seguidores de Javier. El disco no está editado como tal en alguna de las plataformas del streaming de hoy día; me di a la tarea de hacerlo un playlist en Spotify.

Y acaso fue eso: que en tiempos en que aún no había listas públicas de reproducción, al público no le quedaba sino el juicio de un curador musical y un disco de éxitos como producto. Los grandes éxitos de Solís editados en ese disco son precisamente eso, una lista de perlas que lograron seguir acaparando la atención del público, una playlist que se puso al tú por tú con discos de estudio de artistas del momento como Juan Gabriel (No tengo dinero), Vicente Fernández (Arriba Huentitán) o Willie Colon (La gran fuga); una media hora, treinta y cinco minutos para ser exactos, del, como se dijera hoy, GOAT, es decir, el mejor de todos los tiempos. 🐐

Cuando now and then lo fue

noviembre 7, 2023 § 2 comentarios

Dada la ausencia de la voz viva de Lennon, no faltará el vivo que niegue la veracidad de la grabación de su voz, y ponga en entredicho al último hit de los Beatles, “Now and then”. Le pasó a Solís y esta es la historia.

A casi un año de su muerte, la revista Billboard en su número de abril 15 de 1967 reportaba que en abril 19, primer aniversario luctuoso del cantante, la CBS lanzaría una promoción especial para “uno de sus mayores vendedores”, toda vez que la compañía aún tenía cintas para ser lanzadas al mercado. Siguieron entonces esos primeros discos con material inédito: Javier Solís con orquesta, Vida de bohemio y Rancheras con Javier Solís, todos publicados durante 1967.

En agosto de 1967 la revista reportó que las ventas de los discos de Javier iban extremadamente bien, pero que comenzaban a disminuir a partir de una declaración de su principal competidor, Miguel Aceves Mejía (de la RCA, dicho sea), quien cuestionaba la veracidad de las grabaciones póstumas de Solís al decir que en tales no era Javier quien se escuchaba. CBS para ese entonces ya había anunciado que Javier había dejado una cantidad indefinida de grabaciones. Aceves Mejía decía que eran un fraude, que tales grabaciones no existían antes de la muerte del cantante, que lo publicado era apócrifo. La CBS no decía nada al respecto.

Pero en septiembre la misma revista Billboard, en un brevísimo apunte, reportó con el título “Todo de Solís: la CBS Mexico” la respuesta de la compañía a la acusación de Aceves Mejía. La CBS desmentía y aclaraba que toda grabación publicada tras la muerte de Javier sí era de él, que él sí la había efectivamente grabado.

Más tarde, en octubre, en Caracas, Venezuela, el presidente de la CBS México, Dr. José Bustillos, mostraba a la prensa hojas con registros de grabación, copias de las cintas e incluso pagos que se hicieron a Solís por aquellas grabaciones que estaban siendo publicadas tras la muerte del cantante. En las cintas hasta se escuchaba, entre toma y toma, la voz de Solís charlando. El asunto quedaba finiquitado; Miguel a veces mugía. ~

Cuando el Cigala canta a Solís

octubre 18, 2023 § Deja un comentario

Cinco años (casi exactos) tomó desde aquella nota en esta solismanía para que el Cigala nos entregara el gusto de escucharlo cantar perlas javiersolistas. Precisamente en el pasado cumpleaños de Solís, 1 de septiembre, Cigala publicó su disco Obras Maestras (Sony, 2023). No es un homenaje como tal a Javier, pero vaya que se respiran sus aires, sobre todo en esos sus temas: “Ay, cariño” (Baena) y “Voy” (Luis Demetrio), este último escogido como sencillo para la promoción del disco: aquí el video:

Además del Cigala, el piano (y la producción) de Jubitus subraya el entendimiento del cantaor. Y es que es el piano lo que acertadamente inicia estas obras maestras, abriendo paso a la exclamación de Baena; así, si con Solís eran las trompetas las que anunciaban el ay de Javier, el Ciagala se hace del piano de su comparsa Jubitus para bordar no sólo ese ay, sino también, de la misma manera, el voy de Luis Demetrio.

De “Voy”, por cierto, reza la anécdota que entre Luis Demetrio, Manzanero y Mario de Jesús se jugó la apuesta de ver quién lograba la canción con el título más corto. Luis Demetrio quedó en tercer lugar. Las interpretaciones de Solís o el Cigala, por su parte, superan cualquier competencia y resultan siempre ganadoras… o al menos, maestras obras.

A los 92 de su nacimiento

septiembre 4, 2023 § Deja un comentario

No sorprende que Guadalupe Pineda haya cantado aquel recuerdo a Javier Solís. El próximo año se cumplen treinta de la grabación de Enamorarse así (Ariola, 1994), gran disco producido y dirigido por Pepe Aguilar (primo de Pineda). Aguilar, se sabe, tiene a Solís como la mejor voz que ha pisado el planeta; no le falta razón, y mucho bien hizo en poner a la prima Pineda a recordar a Javier Solís con esa dupla de firmas javiersolistas: “Llorarás” y “Sombras” integran el track nueve de tan redonda producción. Así, en “Recordando a Javier Solís”, entre boleros, baladas y rancheras, menos de tres minutos le bastan a Guadalupe para recordar al rey del bolero ranchero y, de paso, recordarnos del por qué su metal de voz ilumina. No sorprende, quise decir, que Guadalupe Pineda haya recordado así de bien a Javier Solís.

Este primero de septiembre Pineda vuelve a recordar a Javier en sus grabaciones: sale al mercado (es decir, en streaming) Mis mexicanas favoritas (Pineda, 2023). Y ahí se enlista “Las rejas no matan”, oyendo su nombre, oyendo su voz. Sirva pues este regalo septembrino para celebrar este 4 al cumpleañero Javier, ¡qué va!

Donde mora el azar

julio 6, 2022 § Deja un comentario

Porque uno no es ninguno, Eleazar Mora graba y presenta el segundo volumen de Javier Solís, una orquesta y una voz (Trimimar, 2022). Hace tres años, para el primer volumen, el tenor seleccionó 11 temas javiersolistas; para el segundo, junto con un par de joyas javiersolistas (“Qué va” y “En tu pelo“), Mora recuerda a un Solís no siempre reconocido (“Vereda tropical”, “Tres palabras”, “A la orilla del mar”) y no siempre explorado (“He sabido que te amaba”, “Tómate una copa”, “Espumas”). Así, con ahora ocho temas, se remata el homenaje de Mora y el alcance de Solís.

Es decir, si el primer volumen era sobre todo un recuento de éxitos —“Entrega total”, “El loco”, “Ojitos traidores”, “Llorarás, llorarás”, “Sombras”, “Sabrás que te quiero”— combinados con una selección ad hoc de boleros —“La clave azul”, “Cuando tú me quieras”, “La entrega”, “Gema”, “Y háblame”—, el segundo volumen subraya ese gran logro de Javier: poder tomar cualquier canción y sellarla, con mariachi o con orquesta, a su única manera. Por su parte, Eleazar, cuya voz nos recuerda a aquella época de oro de los tenores inolvidables de México —Urcelay, Salinas, Mojica, Arvizu, Vargas, entre otros—, borda con la orquesta y el azar lo lleva a querer recordar no a sus pares líricos, sino al repertorio de un cancionero de Tacubaya. La combinación es fantástica.

Donde mora Eleazar es en Miami, pero el venezolano busca la proyección internacional (“The latin tenor”, se apoda) y ha sabido recorrer el cancionero latinoamericano de punta a punta. Sus selecciones son atinadas y bienvenidas: en Eleazar mora una voz sin aspavientos y un canto fresco que recuerda al azahar. De profesión ingeniero, Mora ha sabido aprovechar las trabes de cantantes como Solís, y ha ido construyendo una producción musical de gran trabajo. ‘Una orquesta y una voz’ es ya una serie de discos en los que Mora repasa temas de Simón Díaz, Nino Bravo y Javier Solís, y consigue en cada uno un aire particular; incluso en esos sus dos volúmenes dedicados a Javier Solís: ninguno repite al otro, cada volumen cumple su cometido: cantar, sin azar, a Javier y encantar, sin demora, con Eleazar.

En las lentes de otras miradas

julio 1, 2022 § 3 comentarios

La lente de Humberto Zendejas fue la que registró aquella curiosa imagen de un Sinatra con sombrero y un Solís con un Sinatra. Para los javiersolistas tal estampa ha sido la prueba, acaso única, de que un proyecto conjunto estaba por cocinarse. La fotografía es sobre todo prueba del talento de Zendejas, pues es la fecha en que esa, y no otras (donde ambos miren a la cámara, por ejemplo), es la mejor referencia del encuentro y de la estatura, a la par, de ambos cantantes.

Frank Sinatra y Javier Solís a la llegada del cantante estadounidense para festejar su cumpleaños en Acapaulco (1966), Humerto Zendejas

Hay más fotos de Solís, y se pueden apreciar en exposición en el Museo del Estanquillo de la ciudad de México. La foto de Sinatra con Solís es parte de la exposición “La mirada oportuna. Humberto Zendejas: fotógrafo de espectáculos” (del 15 de junio al 30 de octubre de 2022); está ahí junto con otras del fotógrafo gracias a Carlos Monsiváis, quien lo “descubrió” en una calle de la ciudad, y desde su encuentro procuró tanto al fotógrafo como a su entonces olvidada obra. También, está la exposición “Monsiváis, el musical”, donde se incluyen un par de retratos de Javier, uno hecho por Zendejas y otro por Armando Herrera, “El fotógrafo de las estrellas”, a quien también en su momento se le recordó con una exposición fotográfica, “Amor Perdido. El bolero de Monsiváis: Imágenes de Armando Herrera”, organizada por el Senado Mexicano y el Museo del Estanquillo.

El escritor Monsiváis, se sabe, era un consumado y variopinto coleccionista, y una de sus manías era la música popular. Tales gustos coinciden con Javier y con esos sus retratos. Carlos escribió sobre Solís (liga), y supo, gracias a gente como Zendejas y Herrera, admirarlo también.~

Una rápida de una lápida

abril 25, 2022 § 2 comentarios

Así como hay calles que cambian su nombre al de Javier Solís, también la tumba de Javier Solís ha visto cambiar sus nombres. Me explico. Recién con este pasado aniversario luctuoso y sus fotografías es que me doy cuenta de un detalle: la lápida de Javier Solís ha sido modificada. Hace más de diez años ocurrió el cambio, la fecha exacta no la sé, intenté averiguarla sin éxito. En las imágenes de internet se ve sobre todo la actual, pero buscando un poco más en el tiempo uno logra dar con la primera versión de la lápida. Así, aquella primera versión contenía los nombres de Javier, sus cuatro hijos (Gabriel, Gabriela, Camelia y Fabiola) y de Blanca Estela (última pareja de Solís); hace más de diez años se modifica la lápida: se quitan los nombres de Camelia y Fabiola, se ponen los apellidos de Gabriel y Gabriela Siria, se ponen los nombres de las nietas (Tania, Thalia y Daniela) y se agrega “tu amor” a Blanca Estela.

Primera versión de lápida de la tumba de Javier Solís
Segunda y actual versión de lápida de la tumba de Javier Solís

Supongo que los cambios obedecieron a cuestiones familiares (de los Siria Sáinz), la misma nieta, Daniela, por medio de un tweet, me confirmó ello. Nombres más, nombres menos, la tumba sigue siendo lugar de encuentro en los aniversarios. ¿Habrá más cambios debajo del nombre de Javier Solís y su fecha de defunción? Ah, la posteridad…

Pero estas palabras,
siempre un paso adelante de ti mismo
y a las que nunca alcanzas,
son ya posteridad cuando las dices,
son la ausencia de ti que te desplazan.
*

*de “Lápida” (2004) de Aurelio Asiain

Cantar y beber en buenas fuentes

febrero 8, 2022 § 1 comentario

Con Rubén Fuentes vino la consolidación de la música con mariachi como género musical. De Fuentes además surgió el bolero ranchero, ese género que uno de sus intérpretes consentidos de Fuentes, Miguel Aceves Mejía, dicen, ninguneó. Aceves Mejía, claro, le grabó a Fuentes no sólo sus boleros rancheros, sino también sus sones, rancheras, jarabes y huapangos, amén de alcanzar con él el sonido del mariachi que Fuentes buscaba. Pedro Infante, otro consentido de Fuentes (y a quien le diera a grabar 44 canciones suyas), popularizó los primeros éxitos del compositor, incluido aquél bolero ranchero: “Cien años”. A don Rubén poco le faltó para alcanzarlos, murió a los 95.

En la obra de Rubén Fuentes aparece por supuesto el llamado rey del bolero ranchero. Sus caminos, empero, no se cruzan tanto como se esperaría en estos dos titanes contemporáneos de la música con mariachi. Las razones fueron comerciales: Solís y Fuentes trabajaban en las acérrimas casas rivales Columbia y RCA Victor, respectivamente. Todavía más, Fuentes tenía a su lado a la entonces mayor competencia de Javier: el tapatío Marco Antonio Muñiz. Y sin embargo, he ahí dos joyas fuentesinas que llegan a eclipsar a las del Lujo de México: “Escándalo” y “Luz y sombra”. Ambos temas, por cierto, aunque era de esperarse, no fueron incluidos por Marco Antonio (y Rubén, productor) en aquel disco homenaje a Javier y Pedro.

Hay un par más de canciones de Fuentes en el repertorio javiersolista. Una de película —aunque no de aquella del mismo nombre (donde Marco Antonio y Javier ¡casi cantan a dúo!)—, “El pecador”, que interpreta Javier en la prescindible Los tres mosqueteros de Dios (Morayta 1966), y que en los créditos no apareciera Fuentes sino su hijo, Alexandro F. Roth (la F. es de Fuentes; Rubén también firmó otros temas con sólo su segundo apellido, Gasson, como en “Flor sin retoño”). “Qué bonita es mi tierra” figura también con Solís (en su disco Rancheras con JS y en la película Rateros último modelo [Cortés 1964]); “Viva quien sabe querer”, una graciosa perla que siempre es bueno recordar (y que también Javier canta en una película, Un tipo a todo dar), y “Gorda” completan las cuatro restantes del sexteto de Fuentes en el manantial de Solís. “Gorda” tiene su detalle: Solís se la pidió expreso al compositor para su hija Gabriela, recién nacida, y la grabó con el mismísimo Mariachi de Silvestre Vargas. De peso la criatura.

De tarea queda lo siguiente: Rubén Fuentes sí trabajó directamente con Solís: en la música de sus películas. Ya de entrada podemos apostar que en las tres arriba mencionadas está Fuentes de por medio, pues Javier las cantó en sus correspondientes películas, pero bien podría haber más, es decir, no necesariamente con composiciones de Rubén. Todavía más: hay seis o siete, según el propio Fuentes, grabaciones inéditas de Javier que quedaron en manos del compositor, al ser de él la música, ¿cuáles serán?